Mi encuentro con Ifá en 2005 no fue por casualidad, sino impulsado por una profunda necesidad. Mi padre enfermó gravemente, y la medicina tradicional no lograba hallar respuestas. Fue en la sabiduría de Ifá donde mi madre encontró una luz de esperanza, guiándonos hacia el Babalawo Daniel Delfín Baba Orangun.

Lo que sucedió después transformaría mi vida para siempre: la consulta de Ifá reveló el origen espiritual de la enfermedad de mi padre, seguimos las indicaciones de los eboses, y en apenas quince días, la mejoría comenzó a manifestarse. La recuperación de mi padre fue asombrosa, un testimonio del poder ancestral de Ifá que resonó profundamente en mi ser.

La pregunta que me quemaba por dentro era inevitable: «¿Cómo es posible esto? ¿Qué sabiduría se esconde detrás de esta consulta?» Impulsado por esta curiosidad y un llamado interno, busqué mi propia consulta con Daniel Delfín. El impacto fue inmediato. Ifá describió eventos de mi vida con una precisión sorprendente, iluminando mi camino y ofreciéndome una guía clara. Sentí que había encontrado una brújula espiritual, un sistema de conocimiento profundo que resonaba con mi alma.

Ese mismo año, en diciembre de 2005, di un paso decisivo: recibí mi Mano de Orunla de manos de mi padrino, Oluwo Baba Orangun, Daniel Delfín. Fue el inicio de un viaje de aprendizaje apasionante, aunque en aquella época, los recursos eran escasos. En Venezuela, el acceso a internet era limitado, y la información sobre Ifá era prácticamente inexistente online. Mi aprendizaje se nutrió de libros, como las obras esenciales de Adrián de Souza Hernández, y de la sabiduría oral transmitida por mi padrino.

Mi signo de Mano de Orula, Odi Ogunda, trajo consigo una revelación personal: un camino de vida que requería cuidado y atención. La recomendación de mis mayores fue clara: realizar Santo e Ifá para fortalecer mi destino. Así, en 2007, consagré mi vida a Shango, guiado por mi madrina Elisa Niño Olorun Ade nikke y mi Oyubona Glessmer Serrano Ade fun. Y ese mismo año, el 29 de agosto, fui iniciado en Ifá, recibiendo el signo Ojuani Dawan, de manos del Oluwo Alexander Obara Bogbe y mi Oyubona Francis Oluwo Iwori Obara, siendo mi olofista el Oluwo Alfonso Herrera Iroso Batrupon.

Hoy, me presento ante ti como Oluwo Ojuani Dawan, con la humildad de quien sigue aprendiendo cada día, y con la profunda convicción de que Ifá tiene una sabiduría invaluable para ofrecer al mundo moderno. Mi camino personal, marcado por la sanación, la búsqueda y la iniciación, es la base de Ileifa Imo.