
- OGBE TUMAKO: Análisis profundo y Consejos Claves
- ¿Qué significa Ogbe Tumako?
- Características del signo Ogbe Tumako
- Refranes de Ogbe Tumako
- Obras Asociadas en Ogbe Tumako
- Generalidades del Signo Ogbe Tumako
- Nace en Ogbe Tumako
- Dice Ifá en Ogbe Tumako
- Recomendaciones del signo Ogbe Tumako
- Prohibiciones del signo Ogbe Tumako
- Rezo del signo Ogbe Tumako
- Patakies del signo Ogbe Tumako
OGBE TUMAKO: Análisis profundo y Consejos Claves
Ogbe Tumako, también conocido como Ogbe Otrupon, es un odu de Ifá que habla de lecciones de perseverancia, sacrificio y la búsqueda de un destino que trasciende las dificultades. Este signo, parte de los 256 odus del sistema de adivinación yoruba, trae consigo la energía de Orunmila, el orisha de la sabiduría, y la fuerza protectora de Shangó, Oshosi y otros guerreros. Es un llamado a enfrentar las pruebas con humildad, a evitar la maldad ya confiar en el poder del ebbó para transformar la vida.
¿Qué significa Ogbe Tumako?
Ogbe Tumako combina la luz de Ogbe (el inicio, la claridad) con la intensidad de Tumako (el esfuerzo frente a lo imposible). Es un signo de lucha y redención, donde el sacrificio abre caminos y la justicia divina prevalece. Maferefun Oshosi, pues su presencia marca la protección contra guerras y tragedias. Este odu habla de alguien curioso que busca la verdad, que se abstiene de la maldad y que, a menudo, debe dejar su tierra natal para encontrar prosperidad. Aquí nacen el carbón de Ozain, el pacto entre Orunmila y Aroni, y el Niño Prodigio.
Características del signo Ogbe Tumako
Simbología
- Números : 8 (Ogbe) y 12 (Tumako), reflejo de inicio y plenitud.
- Colores : Blanco (pureza), rojo (fuerza de Shangó) y negro (misterio de Ozain).
- Animales : Gallo (sacrificio), cabra (resistencia), tortuga (paciencia).
- Elementos : Fuego (transformación), tierra (estabilidad), agua (purificación).
Rasgos de personalidad
Las personas nacidas bajo este signo suelen ser humildes, perseverantes y enfocadas en sus objetivos. Sin embargo, también pueden ser propensas a sentir nostalgia o a enfrentar desafíos relacionados con la envidia o la soberbia de otros. Ogbe Tumako enseña que, a pesar de las dificultades, la humildad y la determinación son las claves para alcanzar la prosperidad.
Refranes de Ogbe Tumako
- Cuando un niño llora hace llorar a la madre
- Alguien pudo hacer ñame más que dios mismo
- Quien pisa con suavidad va lejos
- Sujeta al hijo a la espalda
- Explica la muerte
- Pon a tu hijo sobre la espalda, y atiéndelo al instante
Obras Asociadas en Ogbe Tumako
- Ofrenda a Oggún: Coge ñame (ishu) con orí y cúbrelo con tela blanca (ashó funfun). Déjalo siete días a Oggún y llévalo al pie de una ceiba, rogando por estabilidad y protección contra la justicia. Sopla oti, que fortalece a Oggún y asegura tu firmeza.
- Contra Arayés: Cuando sospeches brujería, calienta un pedazo de hierro al rojo vivo a las doce del día. Sumérgelo en agua, diciendo: «Eshu ni niye fifun koshe awa iya adani Lokun okutá omí ni». Báñate con esa agua para romper hechizos y blindarte contra envidias. Esta obra, propia de Ogbe Tumako, convierte el fuego en escudo.
Generalidades del Signo Ogbe Tumako
Ogbe Tumako en Iré: Bendiciones y Triunfos
Cuando Ogbe Tumako aparece en iré, señala un destino elevado tras superar pruebas. Maferefun Oshosi, pues su flecha asegura victorias en guerras grandes, mientras Shangó otorga el favor del cielo. Aquí, el consultante recibe el Ashe de Olofin, con la promesa de prosperidad lejos de su tierra natal. Es un signo de liderazgo y riqueza espiritual, como el pacto de Orunmila con Aroni, que trae el carbón de Ozain para sanar y proteger.
Iré Arikú: Vida y Prosperidad
Maferefun Oshosi. Este iré alarga la vida si dulcificas tu carácter y haces Yoko Osha. Tu destino se cumple lejos de tu tierra natal, donde reinarás con inteligencia y paciencia. Recibe a los guerreros, pon oti a Oggún y una flecha tras la puerta para asegurar la suerte.
Ogbe Tumako en Osogbo: Advertencias y peligros
En osogbo, Ogbe Tumako marca ikú (muerte), arun (enfermedad) y eyó (tragedia) como sombras que acechan. Habla de intoxicaciones, úlceras en la piel y una vida corta si no se actúa. Señala abandono del hogar, guerras familiares por herencias y la muerte prematura del padre por cuestiones astrales. La soberbia y los celos pueden llevar a una barbaridad, mientras tres mujeres chismosas y sus maridos conspiran contra el consultante.
Osorbo Arun: Amenaza a la Salud
Intoxicaciones y úlceras en la piel te marcan si ignoras Ifá. Evita remedios caseros sin guía y revisa tu salud regularmente, pues este odu habla de vida corta. Lleva ofrendas a San Lázaro (Baba Ilu Aye)
Osorbo Ofo: Pérdida y Abandono
Marca abandono del hogar por nostalgia o conflictos. Herencias de terreno dividen a la familia, y la falta de consideración te hiere.
Nace en Ogbe Tumako
- El Pacto de Orunmila y Aroni: Aquí se sella la alianza entre Orunmila y Aroni, el esclavo de Ozain. Cuando Aroni cedió los secretos de las hierbas tras ser apaciguado por el omiero.
- El Carbón de Ozain: Este carbón, cargado de Ashe, es la chispa que enciende la sanación y el conocimiento de las ewes.
- El Niño Prodigio: un hijo barón de inteligencia sobrenatural, destinado a desafiar y a veces a destruir.
- El Iré del Cielo: Es la promesa de prosperidad tras el exilio, un regalo de Olofin para quien camina con sacrificio y humildad, llevando su destino a tierras lejanas.
- El Coliseo: un espacio simbólico de lucha y justicia. Aquí se enfrentan las guerras grandes.
Dice Ifá en Ogbe Tumako
Ogbe Tumako en lo Personal
No hagas favores ni negocios ilícitos; la justicia puede llegar a tu puerta. Eres curioso, con un destino grande, pero a veces te sientes invencible. Controla esa soberbia, porque hay quienes viven mejor y no debes envidiarlos. Tu vida puede ser corta si no haces ebbó; cuida tu salud, evita intoxicaciones y revisa tu piel. Vive nostálgico, flotando en ideas imposibles; pon los pies en la tierra.
Ogbe Tumako y los Enemigos
Tres mujeres chismosas y sus maridos te acechan. La muerte, la enfermedad y la tragedia rondan si no das comida a los egun y pones una flecha tras tu puerta. Recibe a los guerreros para vencer guerras grandes; pon oti a Oggún y atributos a San Lázaro. Evita la plaza, pues una tragedia acecha allí.
Ogbe Tumako en las Relaciones
No fuerces tener hijos; un barón podría destruirte o morir joven. Haz rogación al nacer para que no se lleve a la familia. La muerte de tu padre, por cuestiones astrales, te marca; haz ebbó para que no se pierda antes de tiempo. Evita discutir: en un impulso podrías matar.
Ogbe Tumako y la Suerte
Tu prosperidad está lejos de tu tierra. Sirve a Eshu con un chivo y ruega tu cabeza con un gallo. El pacto con Aroni te da el carbón de Ozain; recibe a Ozain y pon Madera de Moruro en tu Ifá. Shangó te favorece si vives con suavidad.
Ogbe Tumako y las Advertencias
No uses losas rajadas ni remedios caseros sin cuidado; podrías enfermar de por vida. Aborta y perderás tu salud. No tomes armas en un arranque; la justicia te alcanzará. Un egun te habla al oído; atiéndelo.
Ogbe Tumako y lo Sagrado
Aquí nació el coliseo y el Iré del Cielo. El padrino debe hacer todas las obras al ahijado, o ambos sufrirán. Yoko Osha te alarga la vida.
Recomendaciones del signo Ogbe Tumako
- Haz ebbó para tu padre y recibe a los guerreros.
- Lleva atributos a San Lázaro y pon una flecha tras la puerta.
- Mejora tu carácter y haz chequeos médicos regulares.
Prohibiciones del signo Ogbe Tumako
- No tener losas ni tinajas rajadas en la casa.
- Evitar discusiones o conflictos innecesarios.
- No practicar abortos, ya que esto puede poner en peligro la vida.
- Evitar la ingratitud y siempre agradecer a los orishas y a los ancestros por sus bendiciones.
Rezo del signo Ogbe Tumako
Rezo en Yoruba:
Ogbe Tumako kukuyé Ayá kukuyé Ayá Arun atamá yubara kumisa ya adlewá Orunmila abuani lebo, abo lebo orun Iré nira kilodafun Eshu.
Rezo de Ogbe Tumako en español (Traducción aproximada)
Ogbe Tumako, salvemos a Ayá, salvemos a Ayá. Enfermedad, detente, que la prosperidad venga a mí. Orunmila, trae bendiciones, trae bendiciones del cielo. Bendiciones y prosperidad que Eshu trae.
Patakies del signo Ogbe Tumako

1. El Pacto de Aroni y Orunmila
En un tiempo antiguo, en las entrañas de un monte africano, habitaba un ser temido, un espíritu contrahecho y deforme que custodiaba los secretos de las hierbas. Su cuerpo, marcado por las guerras que libró por mandato de su amo, inspiraba pavor. Con un tizón ardiente en la mano, cegaba y enfermaba a quienes osaban buscar las plantas sagradas. Este guardián, criado del señor de las hierbas, había jurado odio a la humanidad, y sus víctimas yacían como sombras en el silencio del bosque.
La Enfermedad del Rey
Un día, el rey de aquella tierra cayó gravemente enfermo, y su vida pendía de un hilo. Los sabios del pueblo se reunieron, consultando al oráculo, que habló con el signo de Ogbe Tumako. El signo exigía una consagración poderosa, pero las hierbas necesarias estaban en el monte, bajo el dominio del espíritu temido. El miedo paralizaba a todos; nadie se atrevía a enfrentar al guardián. Sin embargo, un hombre santo, tocado por este odu, se levantó y dijo: “Iré yo”. Con un porrón de agua y una cazuela, partió hacia lo desconocido.
El Encuentro en el Monte
Al llegar, el sabio llamó al mensajero divino y le ofreció dos gallinas, encendiendo un canto que llenó el aire. Desmenuzó las hierbas y preparó un agua bendita en la cazuela, mientras su voz resonaba entre los árboles. El espíritu, atraído por el sonido, emergió con su tizón llameante y gritó: “¿Cómo osas entrar en mi reino? Tu vida termina aquí”. Lo atacó con furia, pero el sabio esquivó el golpe y entonó un nuevo canto: “Emi Awo Lashewao, Emi Awo Lashewao, Iná Ilorun Insu Lorun, Emi Awo Lashewao” (“Soy el sabio que limpia, soy el sabio que limpia, el fuego del cielo duerme en el cielo, soy el sabio que limpia”). En un instante sagrado, el tizón cayó en la cazuela, y el agua apagó su fuego.
La Alianza Eterna
Desarmado, el espíritu miró al sabio y dijo: “Eres grande y poderoso; pacto contigo”. Humilde, el hombre respondió: “No soy yo el poderoso, sino mi padre celestial, por voluntad del Creador a quien sirvo”. El guardián replicó: “Entonces, con él me alío, en tu nombre y el mío. Sellemos un pacto por la humanidad: ustedes me ayudarán, y yo les daré mi auxilio cuando me necesiten”. Le entregó los secretos de las hierbas —la que abre caminos, la que fortalece y la que purifica—, tesoros para las consagraciones futuras.
El Símbolo del Pacto
El sabio contestó: “Como prueba de nuestra unión, llevaré este tizón en el agua bendita, para que todos vean nuestra amistad”. El espíritu asintió: “Que así sea, pero cada vez que usen las hierbas, un tizón recordará este día, para que la maldad cese y el bien perdure”. Desde entonces, el agua apaga la candela, y la alianza entre el sabio y el guardián del bosque guía a los hijos de Ogbe Tumako, un legado de sanación y armonía con la tierra.

2. Cuando Orunmila le Hizo Ifá a los Delincuentes
En un rincón olvidado de África, bajo un cielo cargado de justicia implacable, un rey había decretado la muerte de un grupo de prisioneros. Ladrones, estafadores, asesinos y hombres perdidos en vicios oscuros aguardaban su fin, encadenados en una aldea polvorienta. Fue entonces cuando llegó Orunmila, el sabio errante, con su mirada serena y su bastón de conocimiento. Se presentó ante el rey, inclinándose con respeto, y alzó su voz: “Gran señor, te pido clemencia para estos hombres. Si mueren, dejarán huérfanos, viudas y madres rotas”. El rey, endurecido, replicó: “Por sus crímenes ya hay dolor en esta tierra: niños sin padres, mujeres solas, hombres arruinados. ¿Y tú me pides piedad?”.
La Súplica Inquebrantable
Mas Orunmila no retrocedió. Con el peso de Ogbe Tumako en su corazón, insistió, tejiendo palabras de esperanza: “Dales una oportunidad, y yo los guiaré hacia la redención”. Su voz resonaba como un río que erosiona la piedra, hasta que el rey, agotado por tanta fe, cedió: “Está bien, te los entrego. Pero llévatelos lejos de aquí. Si uno regresa, morirá. Dudo que puedas hacer de ellos hombres de bien, como prometes”. Y así, el sabio aceptó el desafío, tomando a los condenados bajo su manto, un rebaño de almas rotas —ladrones, asesinos y sombras de vicios innombrables— dispuesto a seguirlo al horizonte.
La Transformación Divina
Caminaron bajo el sol ardiente, dejando atrás la tierra de su condena. Entre ellos había quienes habían caído en abismos oscuros, vicios que el sabio no pudo ver al inicio. Pero Orunmila, con la claridad de Ifá, los reunió y habló: “Hoy están redimidos. Dejan atrás sus vidas pasadas y se convierten en awoses, guardianes del bien. Cada uno llevará mi enseñanza a una tierra distinta”. Los hombres, temerosos, murmuraron: “Señor, no conocemos tus secretos. ¿Cómo los aprenderemos si nos dejas?”. Él sonrió, sereno: “Ya son awoses de mi camino. La verdad se revelará mientras avancen”.
El Destino Disperso
Y así, como semillas llevadas por el viento, los antiguos delincuentes partieron. Cada uno encontró un rincón del mundo donde sembrar la luz que Orunmila les dio. No hubo libros ni lecciones largas; la vida misma les enseñó a honrar lo sagrado. Este patakí susurra una verdad de Ogbe Tumako: incluso los caídos pueden alzarse, y el destino se forja en el andar, no en el origen. La compasión del sabio transformó la muerte en vida, y su fe marcó un nuevo comienzo para los perdidos.

3. Él le Revela su Destino a Ajija (Eziza)
En una aldea africana donde el sol acariciaba la tierra, nació un hombre de escasos bienes pero rico en espíritu. Llegó al mundo bajo la mirada de Ajija (Eziza), el señor del viento, una deidad que susurraba entre las ramas y danzaba en las ráfagas del aire. Este hombre, humilde y callado, guardaba un don celestial: entendía las hojas como nadie, sus usos y su magia. Siendo joven, Ajija (Eziza) le encomendó limpiar su finca de matorrales. Pero al llegar, machete en mano, se detenía, absorto, contemplando cada planta como si hablara con su alma, incapaz de herirla.
La Pregunta de Ajija
Los caminantes que lo vieron susurraron al señor del viento: “Tu siervo no corta, solo mira las hierbas”. Ajija (Eziza), con su presencia ligera como una brisa, bajó a la finca y lo encontró sosteniendo una hoja, perdido en su reverencia. “¿Por qué te detienes a mirar en vez de limpiar?”, preguntó con voz que vibraba como el aire. El hombre alzó los ojos y respondió: “Ajija (Eziza), si vieras lo que yo veo, no las tocarías. Estas hojas sirven al guerrero del hierro, al rey del trueno, a la madre del mar, y hasta a ti mismo. Son vida, no maleza”. Su tono era un eco de devoción pura.
El Camino de la Reverencia
Con calma, el hombre habló al señor del viento: “Ajija (Eziza), la agricultura no es mi sendero. Cortar estas hojas sería matar a quienes me sostienen, y el cielo castiga la ingratitud hacia lo que nos da poder”. Explicó que las leyes divinas protegían a las plantas y seres que los guardianes celestiales usaban para forjar destinos. “Tu destino, Ajija (Eziza), no es mandar sobre la tierra, sino cazar y sanar con sus frutos”, reveló. El señor del viento, conmovido, inclinó su esencia y suplicó: “Muéstrame el arte de las hojas”. Y el hombre lo llevó al bosque, abriendo un camino de luz entre los árboles.
La Planta Salvadora
La primera enseñanza fue una hierba sagrada, Ewe gha ghoha (“hoja que protege la vida”), que curaba la muerte temprana de los niños, un dolor que la esposa de Ajija (Eziza) llevaba en su vientre cada año. “Toma doscientas una de estas”, dijo el hombre, “haz un cinturón para ella mientras espera al hijo, y un collar para el recién nacido”. Ajija (Eziza) siguió el consejo, y cuando su esposa dio a luz, el niño vivió. Lo nombraron al tercer mes Ifafeyi (“El sabio me ayudó a salvarlo”), rompiendo la maldición del octavo día. Tres años pasó Ajija (Eziza) aprendiendo los secretos del bosque, guiado por su maestro.
Los Herederos del Saber
Desde aquel día, los descendientes de Ajija (Eziza) se pierden en la espesura por largas temporadas, buscando la voz de las plantas. Regresan como sanadores y conocedores de la tierra, cargando el legado de Ogbe Tumako. Este patakí murmura una verdad: el destino se encuentra en la reverencia, no en la fuerza.
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