Pintura digital en acuarela de un altar nocturno en una aldea africana con una figura espectral, un chivo, un pescado y ofrendas bajo la luna, representando un signo de Ifá Oyekun Meyi
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Baba Oyekun Meji: Análisis profundo y consejos claves

Oyekun Meyi se alza como un signo profundo y enigmático, un portal hacia la noche, la muerte y la renovación. Este oddun, considerado el más antiguo de todos, es un reflejo de la dualidad de la existencia: la oscuridad que precede a la luz, el fin que da paso a un nuevo comienzo. Para aleyos, santeros y babalawos, Oyekun Meyi ofrece lecciones de poder, sacrificio y conexión espiritual con los ancestros y los orishas.

¿Qué significa Oyekun Meyi?

Oyekun Meyi es un signo femenino, hijo de Oyantaro y Omilogbe, cuya concepción permanece envuelta en misterio. Representa el Occidente, la noche y la muerte, pero no como un final absoluto, sino como un ciclo de transformación. Este oddun trajo al mundo a Ikú (la muerte) y con ella las almas, la resurrección y las honras fúnebres. Su esencia está ligada a Orunmila, quien revela sus secretos, y a orishas como Shangó, Olokún y Odduduwa, guardianes de sus misterios.

Espiritualmente, Oyeku Meyi habla de la destrucción como preludio a la creación. Es el signo donde nacen conceptos como el pudor, la escritura y la civilización, marcando un vínculo entre lo terrenal y lo divino. Para quienes lo reciben en consulta, habla de enfrentar sus sombras y renacer con sabiduría.

Características del Signo Oyekun Meyi

Simbología

  • Números : 2 (dualidad, equilibrio entre vida y muerte).
  • Colores : Negro (oscuridad, noche), verde (vida oculta), evita el rojo.
  • Elementos : Plomo, agua, tierra, araña peluda, escamas de caimán.
  • Animales : Manatí, abejas, pájaros cantores.

Rasgos de personalidad

Quienes nacen bajo Oyekun Meyi son fuertes, obstinados y de carácter tosco, pero también profundamente espirituales. Tienen una conexión innata con lo oculto y una resistencia natural frente a los enemigos. Sin embargo, su desobediencia y tendencia a actuar por voluntad propia pueden llevar a conflictos.

Refranes y Lecciones Morales de Oyekun Meyi

  • «El que nació derecho está jorobado»
    El alma se curva para aprender. Abraza la humildad; el peso del destino es sagrado.
  • «Un solo hombre salva un pueblo»
    Un corazón puro redime a muchos. Tu luz disipa tinieblas ajenas.
  • «El que anda bien acaba bien»
    El camino recto lleva al descanso eterno. La virtud es tu escudo.
  • «Se salvó de la guerra y el disgusto lo mató»
    La paz externa no basta. Sana tu espíritu o perecerás en silencio.
  • «Flechas entre hermanos»
    El veneno nace cerca. Vigila tu sangre; El amor traiciona.
  • «Acuérdese de la medicina que curó»
    Honra lo que te salvó. La memoria guarda el ashé de la sanación.
  • «Perro no come perro»
    Los espíritus afines se cuidan. No hieras a quien camina contigo.
  • «Un nudo hecho en una soga no lo quita su fuerza»
    Las ataduras prueban tu poder. El alma resiste más allá del cuerpo.
  • «Las tinieblas de la noche Uds. la quieren hacer día»
    La oscuridad tiene su verdad. No luches contra el ciclo divino.
  • «La vida no se altera al igual que la Aguema no se vestirá jamás de un solo color»
    La existencia danza en sombras y luces. Acepta su sagrada dualidad.
  • «El ojo no puede ver a través de un paño negro cuando la noche es negra»
    En lo oculto, el espíritu ve. Confia en la voz del invisible.
  • «Oyeku es bueno pero no abuses»
    La bendición exige reverencia. No hay tientes al destino con arrogancia.
  • «Alawá, Alawá talese Oba Bayeye (donde está el Rey y los viejos, se está bien)»
    Los ancianos son templos vivos. Su presencia trae paz divina.
  • «Las gotas de agua nunca caen solas»
    El alma prospera en unión. Busca la corriente de los tuyos.
  • «Pueblos sin viejos pueblo perdido»
    Sin raíces, el espíritu vaga. Los mayores son faros del cielo.
  • «La sabiduría del viejo, es como barro mojado, que si se le salta sobre él, se puede resbalar y romperse la lerí»
    El conocimiento antiguo es frágil y santo. Trátalo con cuidado.
  • «El fuego calienta la cara del castrador, el sol el lomo del agricultor, pero la casa de Ifá siempre está fresca»
    Ifá es refugio eterno. El mundo quema; el oráculo restaura.
  • «Hay quien vive en la oscuridad aún cuando Olorún lo rodea con su luz»
    La ceguera del alma es elección. Abre tu ser a la gracia.

Dice Ifá en Oyekun Meyi

Aquí los hombres aprendieron a comer peces, a tomar lo que la tierra da para sobrevivir. Tú destacas por tu ropa cuidada, tu apariencia pulcra, pero dentro hay podredumbre si no has sido sincero. Has engañado a tus allegados, los has estafado más de una vez, y eso te pesa como una deuda con el espíritu. Eres fuerte, desobediente, de carácter duro y tosco; nunca te vencen los enemigos, y escapas de accidentes y enfermedades, pero tus instintos oscuros, esos que te empujan a matar, te rondan.

No confies secretos a las mujeres; ellas los rompen y te traicionan. Has tenido varios amores, y todos han intentado destruirte. Levantar la mano a tu madre te condena; esa falta te pudre el alma y deja marca. Tus hijos no te escuchan, y un hermano o amigo puede traicionarte con tu pareja. La justicia te persigue por tus pasos torcidos; Si no te cuidas, la cárcel te atrapará por años. Tu casa se cae a pedazos si no la atiendes, y tus derechos te los quitan, aunque también puedes encontrar fortunas si enderezas el rumbo.

Tu cuerpo sufre: el estómago se retuerce con úlceras e infecciones, la vista se nubla, los huesos se quiebran por falta de calcio, y la piorrea te viene. La muerte llega por peleas; ten cuidado, porque en este signo revive y se hace presente. Los jimaguas te acompañan, un espíritu doble que vive en dos cuerpos, y el secreto de Odduduwa está en ti, guardado en lo profundo. Eres rebelde, haces lo que quieres, pero esa libertad te cuesta.

A pesar de todo, algo en ti brilla. Puedes superar lo que venga si honras lo sagrado y dejas el engaño.

Sin embargo, no todo es sombra. Tienes un poder que pocos igualan: los enemigos caen ante ti, y el peligro se aparta de tu piel. Tu espíritu resiste, y esa fuerza te lleva a encontrar tesoros ocultos, ya sea en la tierra o en tu alma. Los jimaguas te guardan, y Odduduwa te susurra sabiduría antigua; Si escuchas, encontrarás paz y propósito.

Eres un caminante de la noche, pero también portas luz. Tu resistencia te hace invencible cuando eliges el bien; las enfermedades retroceden, y las fortunas llegan a tus manos. Este signo te da el don de renacer tras cada caída; aprovéchalo, honra lo sagrado, y verás cómo lo oscuro se vuelve claro.

Rituales y Obras Asociadas con Oyekun Meyi

Ofrendas Prácticas

  • A Eggún : Un Abó cada seis meses, con ataré.
  • A Shangó : Pescado fresco (Eja Tuto) con epó.
  • A Orunmila : Ponerle un Machete de madera y bañarse con Quita Maldición.

Hierbas Clave

  • Mar Pacífico : Calma espiritual.
  • Pendejera : Protección.
  • Osun : Equilibrio.

Obra para vencer enemigos : Usa un nudo de árbol y un plato con agua en el ebbó.

Generalidades del Signo Oyekun Meyi

Oyekun Meyi es un signo te muestra dos caras: la luz que bendice y la sombra que desafía. En Ifá, todo depende de si viene en Iré o en Osogbo. Aquí te digo qué significa cada uno para tu vida.

Cuando Oyekun Meyi está en Iré, eres un imán para las bendiciones. La larga vida te acompaña si haces ebbó; la muerte se aleja, y tu espíritu se fortalece. Los enemigos caen sin tocarte, y el ashé de Shangó te cubre como un escudo. Triunfas en lo que emprendes: un negocio, una pelea, un sueño. Tu resistencia crece, y las fortunas llegan, ya sea dinero o paz interior. Los jimaguas te guían, trayendo equilibrio, y el secreto de Odduduwa se abre para darte sabiduría antigua. Es un tiempo de victoria y renovación; si escuchas a Orunmila, nada te detiene.

Pero en Osogbo Oyekun Meyi, el panorama cambia. La muerte acecha por peleas o descuidos; no ignores el ebbó o te alcanzará. Las traiciones de los cercanos duelen más: un hermano, un amigo, hasta tu pareja. La justicia te persigue, y la cárcel es un riesgo si no limpias tu camino. Tu cuerpo se resiente: úlceras, infecciones, vista débil, huesos frágiles. La casa se derrumba, literal o figurada, y tus derechos se pierden. Tu carácter tosco y rebelde te hunde; la desobediencia te cuesta caro. Es un llamado a enderezarte antes de que la sombra te trague.

En Iré, caminas con la luz; en Osogbo, luchas contra la oscuridad. Este signo te da poder, pero exige respeto. Haz lo que Ifá manda, y el balance será tuyo.

Oyekun Meyi en el Amor

En el amor, Oyekun Meyi es un alma profunda y reservada. Ama con intensidad, pero su desconfianza y secretos crean barreras. Su lealtad es inquebrantable, aunque su rudeza puede alejar.

Recomendaciones del Signo Oyekun Meyi

  • Haz ebbó con regularidad para alejar a Ikú y mantener la muerte a raya.
  • Come ñame, sopa de gallina y pescado para fortalecer tu cuerpo y espíritu.
  • Lleva un gurito con hierbas de Osain en la cintura para atraer prosperidad.
  • Respeta a los mayores; su sabiduría es tu escudo contra el caos.
  • Ofrenda puerco asado a Eggún y báñate con agua de rosas para purificarte.
  • Coloca un machete tipo alfanje de madera a Orunmila para su protección.
  • Realiza baños con Quita Maldición y Maloja para limpiar el araye de tu cuerpo.
  • Da seis Abó a Eggún, uno cada seis meses, para ganar su poder ancestral.
  • Toma miel de la tierra rezada con Oyeku Meyi siete días al sol, en ayunas, para la salud.
  • Refuerza tu casa con ebbós; evita derrumbes y asegura tu refugio.
  • Ofrece dos Eja Tuto con epó a Shangó para armonizar tus relaciones y trabajo.
  • Escucha siempre a Orunmila; su palabra sagrada te guía en la oscuridad.
  • Viste de verde oscuro o negro para alinearte con la noche que te protege.
  • Reza a tus ancestros cada sábado, día propicio, para fortalecer su vínculo.
  • Plántate firme ante tus enemigos; tu resistencia natural los vencerá.
  • Usa un bastón de cedro cargado con hierbas si sientes debilidad espiritual.
  • Cocina con arcilla y bebe agua de tinajas para conectar con la tierra.
  • Trabaja con Mar Pacífico y Sangre de Drago en tus limpiezas y ofrendas.
  • Perdona a tus hijos cuando fallen, pero enséñales obediencia con amor.
  • Mantén un altar sencillo con plomo y tela negra para honrar la esencia de este signo.

Prohibiciones del Signo Oyekun Meyi

  • No comas carne de cerdo; ofréndala a tu guía protector para mantener su favor.
  • No uses ropa roja; este color perturba la energía de la noche que te rige.
  • No vistas igual a nadie; tu identidad debe ser única para evitar confusiones espirituales.
  • No hables de tus asuntos personales; las palabras sueltas atraen traiciones.
  • No tomes alcohol en exceso; la embriaguez debilita tu conexión con Eggún.
  • No uses ropa prestada ni permitas que usen la tuya; tu energía es sagrada.
  • No entres solo al monte o bosque; la oscuridad puede esconder peligros.
  • No abuses de quien está caído; la compasión te salva del araye.
  • No ignores las honras fúnebres; desatender a los muertos trae desgracia.
  • No tengas gatos, perros o aves rapaces en casa; su presencia altera tu equilibrio.
  • No guardes colmenas de abejas; su agitación refleja caos en tu vida.
  • No pidas a las deidades cosas imposibles por avaricia; el abuso rompe el pacto.
  • No dejes que tus hijos te falten al respeto; la desobediencia genera maldiciones.
  • No uses rayas en tu ropa; las líneas confunden tu camino espiritual.
  • No duermas en lugares desconocidos sin protección; Ikú puede acecharte.
  • No hagas tratos con traidores conocidos; su veneno te alcanzará.
  • No levantes la mano a tu madre; este acto trae maldición eterna.
  • No descuides la construcción de tu casa; el derrumbe es un riesgo real.
  • No guardes secretos con mujeres indiscretas; romperán el juramento y te expondrán.
  • No comas alimentos fermentados en exceso; afectan tu salud estomacal.

Rezos del Signo Oyekun Meyi

Rezo en Yoruba:
«Baba Oyeku Meyi Ariku Madawá Eyó Oggún Sigun Mole Pororo Yarun Oní Po Un Babalawo Adifafun Ogbe Olúwo Agogo, Abó Lebó.»

Traducción:
«El padre Oyeku Meyi, señor eterno que lucha sin fin, portador del pescado y aliado de Oggún, victorioso en las sombras, guardián de abundancia y conocedor de las pruebas, fue el babalawo que adivinó para Ogbe, el maestro. Se le aconsejó ofrecer un carnero y usar la campana para invocarlo.»

Patakies del Signo Oyekun Meyi

"Ilustración en estilo grabado antiguo de un patakie de Oyekun meyi mostrando a una joven africana corriendo con un pescado en una aldea tradicional, mientras una anciana y un sabio observan, con colores vibrantes y líneas finas.

1. Donde Nació Darle de Comer a la Muerte

El Mercado de las Almas

En una aldea bañada por el sol, Agbo, la primera esposa de Ifá, envió a su hija pequeña, Aleuba, al mercado con una misión simple: comprar un pescado para la cena. El aire vibraba con el murmullo de los vendedores, pero en el puesto de pescado solo quedaba una pieza brillante, resplandeciendo como un tesoro. Frente a Aleuba estaba una anciana de mirada profunda, madre de Kukuté, la personificación de la muerte. Ella también había sido enviada por su hija para asegurar ese mismo pescado. Sin pensarlo, Aleuba, impulsada por la impaciencia, arrebató el pescado de las manos temblorosas de la anciana y corrió hacia casa, dejando tras de sí un eco de indignación.

La Sombra de la Desobediencia

Orgullosa, Aleuba llegó a su hogar y mostró su trofeo a Orunmila, el gran adivino. Pero su sonrisa se desvaneció cuando él, con rostro sombrío, le habló: “Hija, tu acto ha roto la armonía de esta casa. Has desafiado a la madre de la muerte, y su sombra ya camina hacia nosotros”. La joven, confundida, no midió la gravedad de sus acciones. Orunmila, sabiendo que Ikú no perdona ofensas, consultó los signos de Ifá. Oyeku Meyi se alzó en el tablero, susurrando un mandato claro: un ebbó debía hacerse para calmar la furia que se acercaba.

El Sacrificio que Salva

Con manos firmes, Orunmila degolló un chivo, dejando que su sangre llenara una jícara sagrada. Mezcló amalá y epó, arrancó algunos pelos del animal y preparó una ofrenda humeante, colocándola frente al portal de la casa como un escudo espiritual. No pasó mucho tiempo antes de que Kukuté, con pasos silenciosos y ojos ardientes, apareciera en el umbral. “Tu hija ha insultado a mi madre”, rugió, su voz como el viento de la noche. Pero al ver la jícara, su ira se detuvo. Tentada por el aroma, comió hasta saciarse, y la venganza que traía consigo se desvaneció en el aire como niebla al amanecer.

La Lección Eterna

Así nació el rito de alimentar a la muerte, una enseñanza grabada en Oyeku Meyi: el sacrificio puede desviar la fatalidad. Orunmila salvó su hogar, y desde entonces, los hijos de Ifá saben que un ebbó bien hecho aplaca incluso a Ikú. Este patakie nos dice: no subestimes tus actos, pues hasta un pescado robado puede despertar fuerzas que solo el respeto y la ofrenda logran calmar.

Lección: El sacrificio desvía la desgracia; honra lo que haces, o la muerte reclamará su deuda.

"Ilustración en estilo grabado antiguo de un patakie de Oyekun Meyi mostrando a un hombre africano tallando una tabla de escritura en una tierra de palmas, con colores vibrantes y líneas finas.

2. La Sagrada Escritura

En los días en que el cielo y la tierra aún susurraban sus secretos, Oyeku Meyi reveló cómo la palabra divina se convirtió en legado eterno. Esta historia sagrada nos lleva a un tiempo donde Olofin, el creador supremo, buscaba un modo de preservar la memoria del mundo, y Shangó, su hijo de fuego, respondió al llamado con un acto que cambió la existencia.

El Llamado de Olofin

En el reino celestial, Olofin contemplaba la danza de la creación desde su trono de nubes. Las almas iban y venían, los días se sucedían, pero nada quedaba escrito. “Necesito un puente entre mi voz y la tierra”, proclamó, su mirada fija en el horizonte. Shangó, con su corona de truenos y su corazón ardiente, escuchó el mandato. Bajó a Begua Oyeku, una tierra envuelta en sombras y palmas, dispuesto a cumplir la voluntad divina.


El Regalo de la Palma

Entre los árboles altos y frondosos, Shangó encontró una palma erguida como un guardián. Con su machete de luz, cortó una rama ancha y la alisó con manos firmes, creando una tabla pura. “Aquí descansarán los secretos de Ifá”, murmuró, mientras el viento llevaba sus palabras al cielo. Tomó un carbón ardiente y trazó dieciséis cruces, cada una un ojo abierto hacia el destino. La tabla tembló, viva con el poder de la creación.


La Tinta de lo Eterno

Pero la obra no estaba completa. Shangó buscó los colores del mundo: recogió efun blanco como la luna y osun rojo como su propia esencia. Mezclándolos con agua de un río cercano, creó una tinta que brillaba con vida. Mojó una pluma de pájaro cantor y escribió los primeros signos de Ifá, palabras que danzaban entre la luz y la oscuridad. Cuando terminó, la tabla era un espejo del universo, un reflejo de la mente de Olofin.


La Bendición del Creador

Shangó ascendió con su creación y la presentó ante Olofin. El creador sonrió, y su voz resonó como un tambor: “Has dado forma a mi voluntad, hijo mío. Esta escritura será la voz de los orishas para siempre”. Desde ese día, los babalawos custodian la tabla de Ifá, y cada trazo honra a Shangó, el portador de la palabra sagrada. En Oyekun Meyi, la escritura nació como un faro en la noche, guiando a los perdidos hacia la verdad.


Lección: La obediencia a lo divino trae un legado eterno; cada palabra escrita es un pacto con el cielo.

Ilustración en estilo grabado antiguo de un patakie de Oyekun Meyi mostrando a un guerrero africano creando la tierra desde un océano, con un ave y colores vibrantes en líneas finas.

3. La Formación de la Tierra

Antes de que el mundo tuviera forma, Oyeku Meyi fue testigo de cómo la tierra emergió del caos acuoso. Este patakie nos transporta a un tiempo sin fronteras, donde Oranniyan, el enviado de Olofin, trajo la semilla de la existencia a un océano sin fin, tejiendo un relato de fe y creación.


El Océano sin Fin

En el principio, solo había agua: un manto azul que se extendía hasta donde los ojos del alma podían ver. Olofin, desde su trono celestial, observó el vacío y decidió darle forma. Llamó a Oranniyan, su guerrero de corazón firme, y le entregó un güiro sagrado lleno de Ilekan, tierra viva, y un ave blanca de pico afilado. “Ve y crea un lugar para mis hijos”, ordenó, su voz como un eco en la eternidad.


El Descenso al Abismo

Oranniyan bajó desde el cielo, su figura imponente reflejada en las olas. El océano rugía, desafiando su misión, pero él no titubeó. Abrió el güiro y esparció el Ilekan sobre las aguas, un puñado de polvo oscuro que flotaba como una promesa. Luego soltó al ave, que revoloteó con alas temblorosas. Con cada picotazo, la tierra comenzó a crecer, expandiéndose como raíces bajo el sol invisible. El guerrero observaba en silencio, su fe anclada en la voluntad de Olofin.


El Nacimiento de Inlé Ife Odaiye

El ave trabajó sin descanso, y de aquel polvo surgió una isla: Inlé Ife Odaiye, el corazón del mundo. Las aguas retrocedieron, reverentes, dejando espacio para colinas y valles. Oranniyan caminó sobre la tierra firme, sintiendo su pulso bajo sus pies. Plantó una palma en el centro, un eje que conectaba el cielo y la tierra, y el aire se llenó de cantos de pájaros que celebraban la creación. El océano, ahora manso, rodeaba la tierra como un guardián eterno.


El Legado de la Fe

Olofin descendió para ver la obra de su enviado. “Has dado vida a mi visión”, dijo, tocando la tierra con manos de luz. Desde ese instante, Inlé Ife Odaiye se convirtió en el hogar de los hombres, un lugar donde el espíritu y la materia se entrelazan. En Oyeku Meyi, este patakie enseña que la creación nace de la paciencia y la fe, y que incluso lo pequeño —un puñado de tierra, un ave— puede transformar el caos en orden.


Lección: De lo pequeño surge lo grande con fe; la tierra misma es testigo de la voluntad divina.

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